Nº 1: Despegar es opcional. Aterrizar siempre es obligatorio.
Nº 2: Un buen aterrizaje es aquél que permite que el aeromodelo sea identificado. Un estupendo aterrizaje es el que permite al avión volar de nuevo, al menos en las 24 horas siguientes.
Nº 3: Nunca llevas demasiado combustible, salvo que el aeromodelo esté en llamas o el mando del carburador fuera de uso, después del despegue.
Nº 4: Todos los objetos inanimados que rodean al campo de vuelo (árboles, arbustos, líneas eléctricas, etc) podrán desplazarse, mientras el piloto no lo advierte, para interceptar el vuelo, aterrizaje o despegue de nuestro aeromodelo.
Nº 5: Los pilotos, en su totalidad, se dividen entre los que ya han aterrizado sin extraer el tren y los que lo harán. Puedes apreciar, desde lejos, que por fin te ha ocurrido a ti si tienes que dar todo el gas para traer el aeromodelo a boxes y que la hélice disminuye su diámetro de forma estúpida.
Nº 6: No importa cuan seguro se esté de que un avión entrenador vuela fenomenalmente para, por fin decidirse a decorarlo con gran mimo y exquisito gusto ( tres capas de pintura al menos ). Es obligado que se destruya en el primer vuelo a continuación de finalizada la tarea de acabado.
Extensión de la regla Nº 6: Si el acabado conseguido fuera digno de un primer premio en un probable concurso, la destrucción, de un 50 % al menos, ocurrirá durante la introducción en el coche y/o su traslado al campo de vuelo.
Nº 7: Durante una jornada festiva de exhibición aeromodelística, todos los niños fuera de control optarán por ir de A hasta B pasando por encima, sobre o a través de los aeromodelos en exposición estática. En su defecto, caso de no haber acertado de pleno, lo hará el solícito padre de la criatura.
Nº 8: En el trance de trimar, con gran apuro y premura de tiempo, un nuevo aeromodelo con características de vuelo algo “delicadas”, los trim disminuirán de grosor para no ser encontrados al tacto. En cambio el interruptor de ON-OFF aumentará de tamaño de forma directamente proporcional al nerviosismo que nos posea, con lo que nos tentará, obscenamente, a ser manipulado.
Extensión de la regla Nº 8: Si apartamos la vista del aeromodelo para mirar la ubicación de los esquivos trim, al volver a intentar localizar de nuevo el avión, habrá de hacerse, en un 90 % de los casos, “sobre el terreno” circundante.
Nº 9: Tal como se sospechaba se ha descubierto que moscas, mosquitos y demás bio-engendros voladores están dotados genéticamente para captar selectivamente las señales del emisor de aquél piloto que más apurado esté. Esto lo hacen discriminando a todo el personal presente en el campo para concentrarse en la labor de introducirse por cualquier orificio corporal no cubierto (boca, nariz, conducto auditivo, etc) del apurado piloto. Si este es portador de lentes el espacio entre el ojo más hábil y la lente será especialmente trabajado.
Extensión de la regla Nº 9: Si alguien en esta situación quiere comprobar la veracidad de la regla citada no tiene más que esperar al momento de apagar el emisor. A partir de entonces raramente será visitado por el insecto en cuestión. Se piensa que las emisiones en FM de nuestros equipos actúan como feromonas impulsando al insecto a intentar poseer el objeto del deseo en cuestión. No se conocen, todavía, híbridos resultantes de este acoso.
Nº 10: Después de un infortunio, léase reencuentro inamistoso con el planeta, hay un 90 % de probabilidad de que alguno de los presentes haya tenido, previamente, una premonición al respecto. Por algún motivo inexplicable nunca te hacen partícipe del augurio antes de que sea irremediable.
Extensión de la regla Nº10: En el 90% de las ocasiones el oráculo, curiosamente, presenta ausencia notable de habilidad en el campo aeromodelístico, en general.
Nº 11: En caso de duda o confusión mantener el vuelo nivelado o subir.
No se conocen casos de haberse estrellado contra el cielo. Por el contrario, se sabe de ciertas ocasiones en que alguien se ha estrellado contra el suelo.
Nº 12: O de cómo cambiar el tamaño del aeromodelo con la palanca de profundidad. Si empujamos la palanca, el aeromodelo se hace más grande. Si tiramos de ella, el aeromodelo se hace más pequeño. Excepción: si seguimos tirando el aeromodelo se hace más grande de nuevo.
Debe ser un efecto óptico...
Nº 13: La posibilidades de que el aeromodelo sobreviva a un aterrizaje son inversamente proporcionales al ángulo de aterrizaje. Cuanto mayor es este ángulo menores son las posibilidades de sobrevivir y viceversa.
Nº 14: En el enfrentamiento entre los aeromodelos de fibra, contrachapado y aluminio moviéndose a más de 100 Km por hora y el suelo inmóvil no se conoce ningún caso en el que el suelo haya perdido.
Nº 15: Para disfrutar de un vuelo estable hay que apuntar el morro del aeromodelo en la dirección a donde se quiere ir ...
¡A tenerlas muy en cuenta!
(Visto en Aeromodelismo Argentino)