Conjunto prolijo, bien balanceado y sin reviraduras — Todo presagiaba un primer vuelo exitoso.
Optimista y resplandeciente, me dirigí a los campos que por aquel entonces un aeroclub facilitaba para estas actividades y donde se reunía mucha gente.
Para abreviar la historia. les contaré que el modelo despego y luego de un vuelo breve e inseguro, abrió un cráter en la tierra desparramándose en varios pedazos.
Instantes antes de la caída final, el ‘experto” había alcanza do a gritar. equipos!’’ “apaguen equipos”!. Luego, contemplando los restos, me puso una mano en un hombro y determinó “INTERFERENCIA” . Después, para consolarme añadió:
“No te aflijas” , no se rompió tanto... llevátelo ya mismo a tu casa. lo limpias, pegás y en un par de horas lo tenes listo para volver mañana. Está fácil de reparar...
Estimado lector, sepa Ud. que el cuento de la Interferencia es uno de los más viejos que existe en nuestra actividad. Además las fallas de equipo, en realidad, son tales en un 1% de los casos. Y eso está demostrado.
Aprovechen Uds. mi experiencia para que no les pase lo mismo que a mi. El personaje de la historia es universal. Ahora tendrá otro nombre, será gordo en vez de flaco o viceversa. Pero sigue existiendo y puede presentarse en cualquier campo. En realidad persigue un sólo propósito: aprender a volar y practicar con los aviones de otros, sin invertir tiempo ni pesos. Sin duda un excelente negocio.
¿Que debe hacer Ud. cuando quiere estrenar su modelo y no sabe hacerlo volar? He aquí las respuestas.
1°) Concurra al negocio donde compró las partes y allí le dirán a donde, cuando y a que persona debe dirigirse, etc. Si no compro allí los materiales, igualmente lo van a asesorar sin menguar ninguna información por ello. Antes que nada, los dueños de de los negocios son aeromodelistas. y... veteranos.
2°) Si concurre a un club, consulte con alguna autoridad o comisario deportivo presente en el campo. Siempre hay alguna autoridad los sábados y domingos. Ellos le dirán que debe hacer.
3°) Por último en caso que no hallara a los anteriores, observe qué aeromodelistas tienen aviones y los vuelan en el campo y trate de recurrir a ellos. Acuérdese que los aeromodelistas que llevan aviones, saben bien acerca de los sacrificios que insume su construcción y son lo suficientemente responsables para no andar ofreciendo sus servicios.